Poleá sevillana (gachas).



Para mis amigos:
Estamos en invierno y se apetecen los dulces caseros y voy a cocinar unas "Poleás sevillanas" para recordar las veces que las comí en mi infancia.
Mi abuela Adela las hacía de lujo.
Las poleás son un plato de sencilla composición típico de la cocina andaluza que en tiempos de carestía se cocinaba con agua y harina dándole sabor con la canela, anis en grano o matalahúva y que superada ésta se enriqueció con leche.
La conjunción de sabores como la canela, la piel de limón, el azúcar y la leche con el toque de matalahúva junto con los picatostes de pan frito hacen de la "poleá" un postre muy apetecible y nutritivo.
Ingredientes:
1 litro de leche. 100 gramos de harina de trigo de repostería. 150 gramos de azúcar. 125 m.l. de aceite de oliva virgen extra. 1 cucharada de matalauva. Canela en rama. Canela molida. La piel de un limón. Pan para freir los picatostes. Una pizca de sal.
Elaboración:
Empezamos cociendo la leche con la piel de limón (sólo lo amarillo, sin lo blanco) y la canela en rama. Cuando arranque a hervir la apartamos del fuego y dejamos que se infusione. Cuando atempere la colamos y reservamos.
Mientras podemos freir los picatostes de pan en el aceite junto con la piel de limón para que tomen sabor. Una vez fritos los apartamos, reservamos y eliminamos la piel de limón.
En el aceite aún caliente pero apartado del fuego ponemos la cucharada de matalahúva para que se fría un poco pero que no se queme. Una vez haya aportado el sabor colamos el aceite y reservamos.
Ya tenemos tanto la leche como el aceite con los sabores a limón, canela y anís que es lo que pretendíamos. Ahora vamos a cocinar la "poleá".
En una cacerola al fuego ponemos el aceite y la leche menos un vaso donde diluiremos la harina sin grumos. Cuando esté caliente añadimos el azúcar, la pizca de sal y el vaso con la mezcla de harina y seguimos cocinando sin dejar de remover con la varilla para que espese.
Cuando tenga la textura deseada apartamos del fuego, vertemos en una fuente, espolvoreamos con canela y adornamos con los picatostes.
Está riquísima en caliente (en invierno) y deliciosa fría (en verano).
A mi cuñado Fernando le ha gustado muchísimo.
Detalles:
Si hacemos una "muñequilla" con la matalahúva una vez frita y la añadimos a la cacerola mientra se cocinan las poleás, dejará más sabor a anis. Antes de servir hay que retirarla.
Un abrazo.
                    Pepe Atalaya.

Sevilla, 5 de Enero de 2015.-








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